28 de noviembre de 2009

La Lámpara maravillosa. Primera Parte

Había hecho un trabajo perfecto. Todas las demandas habían sido conseguidas. Ahora esperaba su ansiada recompensa.
Diez días antes, cuando le contrataron, el Jefe había sido muy claro:
- Tienes diez día -le dijo-. Debes obtener toda la información y luego ejecutar el plan tal y como hemos hablado. Si lo consigues, te recompensaré con la Lámpara maravillosa.
Estaba nervioso, nunca pensó que algún día podría llegar a poseer tan preciadoa reliquia. No hacía otra cosa más que pensar en qué tres deseos le pediría al Genio. 'Que me crezca el pelo', pensaba, 'Que mi mujer no me ponga más los cuernos', continuaba, 'Y por último, que mi hija deje de salir con el pinta de su novio, je je, sí, eso, que se vaya el carajote ese', terminaba.
Por fin el Jefe apareció.
- Hola, Yauno.
- Hola, Jefe.
- Estoy muy contento con tu trabajo. Ha sido un obra brillante. Supongo que ahora querrás tu recompensa.
- Sí, es lo que más deseo.
- No te haré esperar. Aquí tienes.
El Jefe sacó una caja de hierro bellamente ornamentada. Yauno la cogió con emoción. Le temblaban las manos. Con mucho cuidado abrió la caja. De repente, una luz intensa emanó del interior de la caja.
'Debe ser el aura del Genio', pensó Yauno.
Con un nudo en el estómago, Yauno extrajo de la caja la Lámpara maravillosa.
CONTINUARÁ...

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